Las localidades más conocidas del Municipio Urbano de Pinamar son, de norte a sur, Pinamar, Ostende, Valeria del Mar y Cariló.

Su historia comenzó en 1908 cuando los belgas Fernando Robette y Agustín Poli llegaron a la zona comisionados por comerciantes belgas para crear un balneario en la costa.

Compraron los terrenos costeros a Héctor Manuel Guerrero y fundaron el balneario al que bautizaron «Ostende», como uno muy famoso de Bélgica (en realidad, Oostende). Hicieron los planos, construyeron obras de infraestructura (incluyendo una rambla y una iglesia) y en 1913 se terminó el «Thermas Hotel», hoy llamado «Viejo Hotel Ostende», que aún existe y funciona como tal.

Si bien el proyecto era muy ambicioso se diluyó, ya que la guerra interrumpió el financiamiento y fracasó el intento de fijar los médanos que lentamente fueron tapando las construcciones.

En 1918 Héctor Manuel Guerrero, dueño de la estancia «Dos montes», cuyos terrenos llegaban hasta el mar, decidió forestar los médanos de su propiedad. Lentamente y a enorme costo, venciendo todo tipo de problemas, avanzó desde el interior hasta el mar.

En 1945, con la vegetación muy desarrollada, esta zona tomó el nombre de Cariló, «médano verde» en mapuche.

Valeria Guerrero Cárdenas de Russo, hija de Manuel Guerrero y Raquel Cárdenas, inspirada en este logro, decidió forestar también parte de su propiedad. En 1941 formó una sociedad con el arquitecto Jorge Bunge para realizar la plantación y forestación en forma masiva, creándose así, al norte de Ostende, el «Balneario y Bosque de Pinamar».

Valeria Guerrero, por problemas con sus socios en Pinamar, decidió crear su propio balneario que fue llamado «Valeria del Mar» por el nombre de su abuela.

Para ello, decidió vender los terrenos del fondo de su estancia «La Invernada», heredada de su padre Manuel Guerrero, al sur de Ostende y lindantes con Cariló, que habían formado parte del proyecto belga y que su padre había recuperado luego de la quiebra de Ostende.

Estuvo en tratativas con el gobierno de la Nación, que quería hacer en la zona un complejo hotelero como el que se había hecho en Chapadmalal, entre Mar del Plata y Miramar, pero a pesar de que se llegaron a firmar acuerdos, el proyecto no se concretó.

Finalmente vendió 550 Ha. de arena y otras tantas de tierra firme al Sr. Líbero Alvarez, quedándose con cinco hectáreas, lindantes con el Hotel Ostende, para ella. El 28 de agosto de 1947, la fecha de la firma de la escritura, se considera la de la fundación de Valeria del Mar.

El Sr. Álvarez formó con los Sres. Guillermo y Ernesto Peña y otros una sociedad que se llamó «Balnearios del Atlántico S.A.», la que hizo los trabajos de forestación y fijación de los médanos. Con ellos colaboró el Sr Sanchez Aizcorbe, un peruano con larga experiencia y una verdadera obsesión en el tema de la fijación de los médanos, que había trabajado también con Carlos Gesell y Jorge Bunge.

Fue ese grupo de pioneros, guiados por el entusiasmo de Ernesto Peña, presidente de Guillermo Peña y Hno. S.A.y considerado por los pobladores el verdadero fundador del balneario, los que hicieron de Valeria lo que es hoy. Ellos diseñaron las calles con suaves curvas, algunas de las cuales siguen el contorno de los médanos y también los que decidieron que los nombres de las calles homenajearan a barcos y marinos de importancia histórica para la Argentina. Las calles fueron abiertas por los agrimensores Sres. Hugo Green y Carlos Gilione.

Tiempo después, la Sra de Russo diría: «Pinamar es el hijo ilegítimo de Jorge y mío y Valeria del Mar es el hijo legítimo de Juan Pablo y mío», refiriéndose a su esposo, Juan Pablo Russo y al arquitecto Jorge Bunge.